miércoles, 16 de enero de 2008

JEAN LUC GODARD X JEAN LUC GODARD



Por Eduardo D. Benítez

A fines de los ochenta el cineasta Jean Luc Godard produjo una obra titánica que le llevó diez años de trabajo: el video ensayístico Historia(s) del cine convertido posteriormente en un libro de poemas. Con Jlg/Jlg autorretrato de diciembre, el autor se ocupa de hacer el recorrido inverso. El poema es el producto de un mediometraje primigenio donde visualmente están contenidas todas sus afirmaciones teóricas y políticas. La palabra autorretrato como subtítulo del libro no es caprichosa, ó por lo menos funciona como un atajo para que no abordemos el texto esperando encontrar algo que no es: una autobiografía. El extenso poema que recorre Jlg/Jlg es cuanto mucho una subjetividad fijada en el tiempo preciso de su producción. Nada más cercano a dejar retratado el momento de una vida, un fragmento de la Historia. Tal vez la decisión más radical de Godard quien se ocupa de dejar en claro que el tiempo existe y que la naturaleza humana cambia en su transcurrir, aunque uno se de la cabeza contra la pared incansablemente en el intento de fijarlo con las palabras: “yo tengo frío/ soy yo quien dijo yo tengo frío/ pero no soy yo quien es escuchado/ yo desaparecí entre esos dos momentos del discurso”. 

 Godard supo/sabe que aquel que fue retratado en el poema hoy seguramente no exista. Y esto es algo que su espíritu inquieto se ocupó de remarcar siempre. Que las cosas no son tal como se nos aparecen, que hay un vínculo misterioso entre aquellas relaciones que dan origen a un producto artístico, que “una silla/ no es una silla/ es una estructura/ de una complejidad/ inconcebible (…) pensarla/ como una simple silla/ constituye lo que/ llaman una identificación/ y es la totalidad de esas identificaciones/ que produce/ la sinrazón/ y la tiranía”. Fue contra la tiranía de los lugares comunes que Godard emprendió su incansable errancia a través del cine, el video, la poesía. Hay un verso crucial que define esa inclaudicable actividad de este artista francés “a dónde vive usted/ en el lenguaje/ y no puedo mantenerme quieto”. El lenguaje a veces oprime y tal vez por eso Godard fue toda su vida (es hoy en día)  un hombre bellamente inquieto,  portador de una disconformidad que lo hizo desplazarse por distintas disciplinas artísticas. Leer los versos de Jlg es asistir a al instante de una vida proyectada en el lenguaje. 


Reseña publicada originalmente en Revista de Poesía La Guacha