martes, 5 de noviembre de 2013

ROJO FLOYD DE MICHELE MARI


Por Eduardo D. Benítez

Basta con leer sólo las primeras páginas para que Rojo Floyd revele su esencia mutante, su carácter inaprensible y lúdico. En este volumen, el novelista italiano Michele Mari enhebra varios libros en uno: un documento titánico y ecléctico sobre una banda de rock, una vidriera de personajes sorprendentes, un relato filosófico a varias voces que se pregunta sobre la gestación de las leyendas populares, un puzzle hilarante donde ficción y realidad se entrelazan para producir conocimiento. Porque ya se trate de herramientas puramente imaginarias o de recurrir a testimonios provenientes de la “realidad”, el lector puede estar seguro que acercándose a esta novela, el Universo Pink Floyd se complejiza y expande. La estructura narrativa del libro es al menos curiosa, cuando no intrépida. Múltiples voces en primera persona se superponen para dar testimonio sobre la figura del emblemático integrante de Pink Floyd Syd Barret (la ausencia más omnipresente de la novela), quien tras una ingesta de LSD “enloqueció” y dejó al grupo en 1966.  Allí, David Bowie, Stanley Kubric, Michelangelo Antonioni, Alan Parsons, y los propios músicos de la banda aportan anécdotas y se preguntan sobre el misterioso decurso del miembro fundador de los creadores de The Dark Side of the Moon. Es importante aclarar que no hace falta ser un melómano empapado en los entretelones de la banda inglesa para disfrutar plenamente de Rojo Floyd, la novela no se agota en la simple interpelación a fans y entusiastas. Cualquier lector estará encantado de perderse entre las tramas e intrigas de esta pluralidad de ritmos y voces fabuladas por la sutil prosa de Mari.

Reseña publicada originalmente en Revista Haciendo Cine. 

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