Por Eduardo D. Benítez
Es una noche de viernes
típicamente otoñal, de esas en las que empieza a amainar el calorcito de la
temporada estival para hacer sentir una briza que no es helada, pero que
demanda una prenda “de más” en la mochila o la cartera de la dama. El empedrado
de San Telmo amenaza con provocar tropezones gracias a la leve garúa. El clima
está especial para meterse en algún rinconcito cálido, donde tomar una copa
mientras escuchamos un show en vivo. Ese lugar, en este caso, se llama Bebop,
un club de música que, durante unas horas, hará que nos transportemos a esa
experiencia de nocturnidad, ese clima íntimo y algo melancólico de los
suburbios, que sólo el jazz puede proporcionar evocando los humores musicales de
algún film de Jim Jarmusch o de Woody Allen. El local, está ubicado en la calle
Moreno -donde funcionó la antigua Editorial Kapelusz- pegadito a Aldo´s
restaurante donde tienen lugar semanalmente importantes catas de vino.
Para
llegar a Bebop hay que bajar una escalera que conduce a un amplio sótano donde
las paredes forradas de rojo carmesí, combinadas con columnas espejadas y una
luz tenue, le dan al lugar un toque de sensualidad insospechada. Nos recibe
Gabriel Cygielnik, programador y ex director de la revista especializada Living Jazz. Conversamos unos minutos,
sentados alrededor de una de las pequeñas mesas redondas que engalanan el
espacio. Gabriel comenta, entusiasta: “abrimos con ciclos todos los días a
partir de diferentes géneros musicales. Tenemos funk, blues, soul, y por
supuesto jazz. Eso nos da la posibilidad de convocar a varios tipos de
públicos. Grupos de jóvenes, parejas, adultos, expertos del género o gente
inquieta por conocer el mundillo del jazz. Tenemos artistas nacionales e
internacionales de primer nivel”. En este escenario tienen lugar shows estables
de músicos de la talla de Sergio Pángaro, Mariano Otero, y hasta del cantante Pablo
Dacal, quien se desliga de sus vestiduras pop´s y elabora un ciclo intimista
junto a Hernan Jacinto denominado, Pianíssimo.
La gastronomía del Bebop impele
a la distinción como su música. Mientras las luces del escenario comienzan a debilitarse,
se nos convida con un memorable sándwich de salmón rosado y rúcula con papas
rústicas que viene armonizado de tinto red blend. Es el momento en el que
aparece en escena Barbie Martinez Sexteto.
La vocalista canta temas de su último disco: Walkin´ (Out the door),
reinterpretando standars de jazz de Bill Evans y Cole Porter, entre otros. Más
tarde esas melodías apacibles e hipnóticas mutarán en un show más enérgico
cuando aparezcan los ritmos del soul y acid jazz de la mano de la banda que
capitanea Emme: Living Soul Proyect.
La combinación entre las canciones clásicas y la potencia de una apuesta más estridente
y moderna puede apreciarse en una misma noche en este sótano sin ningún
sobresalto. El resto de lo que se pueda describir sobre este novísimo espacio
de jazz conviene experimentarlo en carne propia.
Nota publicada originalmente en Revista Telma.
Super artykuł. Pozdrawiam serdecznie.
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