viernes, 16 de julio de 2010

SHLOISHIM: LA HISTORIETA EN PRIMERA PERSONA



Por Eduardo D. Benítez

Dentro del panorama de la “joven historieta argentina” se abre un vasto campo de géneros y estilos. Una de las exploraciones más recurrentes -que puede hallarse también en el cine, o la literatura- puede ser la expansión del diario íntimo, el entramado de relaciones que existe entre la experiencia personal con algunos hechos concretos de la historia en mayúscula. Algo de esto puede verse en el primer libro de Brian Janchez, que -en su primera ojeada- nos parece confesar el esfuerzo que implica hacerle una gambeta al mandato paterno y ser feliz mientras se está saliendo de una cruda adolescencia. Esa sería la consigna de Brian Janchez: un recorrido melancólico al universo de la infancia.



Shloishim es el nombre de una ceremonia  judía relacionada con el proceso de duelo porla pérdida de un ser querido, y el eje por el cual el autor nos cuenta cómo aprendió a tocar el piano, sus comienzos en la creación de historietas, su manera de relacionarse con su familia. Pero sobre todo de su educación cinéfila portátil... tal vez la dimensión más lírica del libro, donde el autor describe esas imágenes que se marcaron a fuego en la memoria, esa especie de aprendizaje del mundo a 24 cuadros por segundo.


Reseña aparecida originalmente en la sección libros de HC Julio 2010

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